lunes, 31 de mayo de 2010

¿Polis o politeuma?


El desgüace completo que ha sufrido la política argentina hace que ya haya perdido todo sentido proponer una discusión sobre ese tema en el blog. Si hace dos años todavía creía que el conflicto con el campo podía provocar sino la caída, al menos una rectificación forzada del gobierno kirchnerista, y un peso mayor de la oposición en las decisiones del gobierno, hoy lo veo no sólo como imposible sino como inútil e, incluso, perjudicial. ¿Qué hay después de Kirchner? O, dicho de otro modo, ¿hay algo mejor después de Kirchner? Sinceramente, creo que no (Quizás Duhalde, no lo sé).

Ciertamente, la opción radical es inviable, no solamente por que no saben gobernar como lo han demostrado a lo largo de toda su historia, sino porque los candidatos que proponen son de evitar a toda costa: Alfonsín, cuyo único mérito es ser hijo de un presidente que debió huir del poder en medio del caos, y Cobos, un personaje menor que llegó donde está a costa de múltiples y consecutivas traiciones.

La Gorda Carrió, desde su Coalición, será útil, como siempre, para denunciar negociados y corrupción, pero no para gobernar. Macri, un pibe new rich, frívolo y superficial que, como Menem, no dudaría en entregar la educación y la cultura a la izquierda a cambio de tranquilidad y vía libre para sus decisiones de gobierno.

Dentro del peronismo disidente, Reutemann jamás será candidato. De Narvaez, un personaje de cuidado que hasta hace un par de años era protagonista habitual de la revista Caras por su vida de playboy de la noche de Punta del Este y cuya último capricho ha sido el de ser gobernante. Fiel a sus genes, negociará lo que sea necesario, a fin de alcanzar sus objetivos. ¿Solá? Recordemos su hiperkirchnerismo durante el gobierno de Néstor: otro oportunista.

No hay opción. Lo único que queda son los residuos amontonados por Kirchner y, por eso mismo, lo único que me queda es proclamarme un "kirchnerista residual". Lo otro es peor.

Sin embargo, no estoy mal. A Dios gracias, ya pasaron mis años juveniles y, con ellos, mis ínfulas nacionalistas, cuando creía con ingenuidad que el nuestro era el mejor país y una nación católica que había sido elegida por Dios para conservar y expandir la fe en tiempos de apostasía. Si aún creyera en esas fábulas rosas, estaría afectado hoy por una profunda depresión viendo, por ejemplo, cómo los representantes elegidos por ese pueblo privilegiado se aprestaba a aprobar al homomonio. Sinceramente, ya no importa.

Mi llanto, en todo caso, es como el llanto de Moisés, depositado en la canasta y flotando en las riveras del Nilo. Me refiero, claro, a la interpretación que los primeros cristianos daban de este pasaje bíblico. No es que el niño llore por el abandono, sino que su llanto se debe a la nostalgia que siente porque ha sido arrojado a otra realidad. No es que estoy mal en la existencia histórica concreta en la que me ha tocado vivir porque la existencia me moleste o porque Kirchner se me haga insufrible, sino que estoy radicalmente mal porque no estoy donde debo estar, el mundo del hyperuranium, donde aspiro a contemplar la belleza unitaria de Dios.

Tiene sentido, entonces, que los Padres y aún los medievales con Santo Tomás entre ellos, no hayan prestado atención y desviado su interés a la polis terrenal. Lo importante, en todo caso, es la otra polis, la politeuma, aquella comunidad eterna en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, junto con los elegidos, conforman una unidad permanente y distinta entre ellos.

No se trata ya más de poner las esperanzas y las alegrías en las ciudades terrenas; se trata de aspirar a la metra-polis, la ciudad matriz, que es el Reino dispuesto como una ciudad, llena con todo lo agradable, que es amor fraternal y la gran generosidad plena de los santos espíritus y los poderes fuertes que los gobiernan (politeúein), a los que el Logos produjo y estableció con poder. "Es hora de considerar de dónde éramos y a dónde hemos sido arrojados, hacia dónde nos apresuramos y de dónde hemos sido redimidos", dice Teodoto.

Lo que he dicho está dicho con el lenguaje propio de la literatura cristiana de los primeros siglos, pero las realidades que expreso pueden ser también dichas en el lenguaje evangélico, en lenguaje medieval y en el lenguaje contemporáneo (no creo que con el lenguaje del Vaticano II). Son realidades constantes, por esenciales, del cristianismo. No tenemos en este mundo morada permanente, y nuestro fin es alcanzar la estatura del hombre perfecto que es Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Fuimos arrojados, o caímos, de su reino o politeuma, y allí debemos retornar.

Amargarse por Kirchner y perder la paz por la polis terrena, por las reservas dilapidades, por el homomonio o por las retenciones, en el fondo, me parece que no es del todo cristiano.

sábado, 29 de mayo de 2010

Catástrofe


La privilegiada pluma de Jack Tollers tiene siempre un modo distinto de decir las cosas:


La catástrofe

Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle;

sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.

Mc. 7:15

Terremoto (en Haití, en Chile, en…).

Fue en medio de las tinieblas, tremendo. A la mañana contemplaron la ruina de todo, sin entender qué había pasado, cómo había ocurrido, sus casuchas derruidas, rodeados de polvo y basura, desconcertados y hambrientos. Inmediatamente comenzaron las peleas entre ellos por los restos de comida, por una chapa, por un bidón de agua o por las provisiones, los remedios, que comenzaban a llegar, lentamente, del exterior. Inesperada catástrofe, como todas. Tomó a todos por sorpresa, claro que sí. Sobre todo a los zombies.

Deslave (en Río de Janeiro, en…).

Justo en tiempo de carnaval, qué macana. Tanta lluvia apelmazó el polvo convirtiéndolo en una masa de pesado barro. El barro comenzó a bajar por efecto de la ley de gravedad. Las favelas se vieron literalmente sepultadas. La gente que vivía más abajo tuvo que abandonarlo todo, sus casas y posesiones. Venía el barro, no había más que huir. O quedar sepultado. Había que huir, huir del barro… Igual, en el centro de la ciudad, seguía el carnaval. Pero el barro se venía, se venía con todo.

Erupción (en Islandia, en…).

Se formó una nube de cenizas. Ceniza cargada de electricidad. Se interrumpieron las comunicaciones. Hubo confusión en puertos y aeropuertos. Los turistas tan campantes y alegres se vieron sorprendidos en su buena fe. Y no podían volver a casa. Y estaban obligados a pasar largas horas en esa tierra de nadie que es un aeropuerto. Lástima: tan bien que la habían pasado en sus viajes para aquí y para allá. Y no se sabía cuándo pararía todo esto (algunos anticipaban que seguiría durante años, cuando no que explotara el Katla y sanseacabó, vaya uno a saber).

Derrame (en el Golfo, en…).

Al principio la explosión no parecía gran cosa. Apenas 11 muertos, bueh. Apenas si bajaron un poco las cotizaciones de la empresa. No es para tanto. Claro que un mes después, mientras se tomaba conciencia de que en realidad la mancha negra era mucho más grande que lo que se había estimado inicialmente y el hecho de que no se había podido sellar el pozo que manaba y manaba… La empresa contrata a un especialista en tapar pozos negros, pero… por ahora… Y no parecía petróleo, parecía sangre. Pero la empresa se muestra optimista. Apenas si las cotizaciones bajaron un poco. Probaremos “top kill” (tapar el agujero de dónde brota esta spuzza), claro que puede salir mal y empeorar aun más las cosas. Podría ampliar el boquete de donde sale toda esa materia infecta… Pero no. Sino funciona la tapadera, ya aparecerá un Plan “B”. Mientras tanto, la sustancia venenosa se acerca a las costas. Y el pozo sigue entregando su veneno, contaminándolo todo… Pero la empresa no ha perdido su confianza, dicen que han contratado a un genio en tapar pozos. Vamos a ver un poco…

Igual, digamos la verdad, es una catástrofe. Son varias las catástrofes. ¡Oh que no hubieran catástrofes!

Pero que las hay, las hay.

Jack Tollers

martes, 25 de mayo de 2010

Más claro que la Conferencia Episcopal


Muy notable es el cambio producido en Rolando Hanglin. Sus columnas de los martes en La Nación suelen ser muy buenas. Pero la de hoy es imperdible. Con una asombrosa incorrección política, dice verdades de sentido común que nuestros obispos, asustados por aparecer como retrógrados y de cabeza cerrada, son incapaces de decir. Hay excepciones, pero la mayoría sólo acierta a hacer mohínes de desagrado.
Si exceptuamos la opinión de Hanglin sobre la adopción, el texto de hoy es una de las mejores defensa del matrimonio heterosexual -él único verdadero- y certera estocada a la cultura gay.

sábado, 15 de mayo de 2010

El efecto Fátima


El último sermón de fray Rabieta fue muy claro acerca de Fátima y de la nueva estafa descubierta -aunque sospechada desde hace mucho- de Juan Pablo II acerca del tercer secreto de Fátima. Un nuevo sapo que el Polaco le había hecho tragar, y que ahora el Alemán puede escupir, como ya escupió otros. Sin embargo, el viaje del Santo Padre a Fátima ha producido un efecto importante que vale la pena comentar.
La prensa es enemiga de Cristo y de la Iglesia, y lo seguirá siendo. Sin embargo, medios periodísticos importante e influyentes a nivel mundial como The New York Times, Le Figaro y El País, sorprendentemente, han publicado crónicas muy favorables acerca del las palabras de B16, y con razón. No se trató de una homilía ni de un discurso, sino de un breve diálogo que sostuvo con los periodistas a bordo del avión que lo llevaba a Portugal.
Sus palabras fueron: "Diría también aquí que, además de la gran visión del sufrimiento del Papa, que podemos referir al Papa Juan Pablo II en primera instancia, se indican realidades del futuro de la Iglesia, que se desarrollan y se muestran paulatinamente. Por eso, es verdad que además del momento indicado en la visión, se habla, se ve la necesidad de una pasión de la Iglesia, que naturalmente se refleja en la persona del Papa, pero el Papa está por la Iglesia y, por tanto, son sufrimientos de la Iglesia los que se anuncian. El Señor nos ha dicho que la Iglesia tendría que sufrir siempre, de diversos modos, hasta el fin del mundo... La novedad que podemos descubrir hoy en este mensaje reside en el hecho de que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen de fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden precisamente de dentro de la Iglesia, del pecado que hay en la Iglesia. También esto se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de modo realmente tremendo : que la mayor persecución de la Iglesia no procede de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que la Iglesia, por tanto, tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender, de una parte, el perdón, pero también la necesidad de la justicia. El perdón no sustituye la justicia. En una palabra, debemos volver a aprender estas cosas esenciales: la conversión, la oración, la penitencia y las virtudes teologales. De este modo, respondemos, somos realistas al esperar que el mal ataca siempre, ataca desde el interior y el exterior, pero también que las fuerzas del bien están presentes y que, al final, el Señor es más fuerte que el mal, y la Virgen para nosotros es la garantía visible y materna de la bondad de Dios, que es siempre la última palabra de la historia".
Estas afirmaciones no sólo dejan en claro la farse urdida por JPII acerca del secreto de Fátima sino que, abiertamente, se desprende de la estrategia que habían elegido muchos miembros de la curia vaticana para enfrentar el escándalo de la pederastia por parte de los sacerdotes. Ésta consistía en declarar que los abusos era solamente "habladurías" infladas por la prensa. B16 fue claro. El enemigo no es la prensa o, al menos, no es sólo la prensa, sino que el enemigo más fuerte está dentro de la Iglesia. Se trata de declaraciones inauditas que, me animo a decir, están en sintonía con parte del contenido del tercer secreto.
Es importante dimensionar el caracter absolutamente explosivo que poseen estas palabras del Papa. Significan, sin más, la declaración de guerra pública al establishment vaticano encabezado por el poderoso Sodano. Y, en esta empresa, B16 está solo. Como bien lo califica El País, es un "gladiador solitario".
Para aquilatar la justa perspectiva del hecho, recordemos la insólita delcaración de fidelidad que realizó Sodano al inicio de la Misa Pascual de este año en la plaza de San Pedro. Más allá de lo que dijo, el gesto -me parece a mí-, era un claro mensaje mafioso. "Miré Santidad, que nosotros somos quienes lo protegemos. No hable de "eso" porque perderá nuestra protección". Y B16, en su viaje a Fátima, decidió desprenderse de esa protección mafiosa, y definir las cosas como son, empeñado en llegar al final en la campaña de purificación de la Iglesia, aunque para eso se quede solo.
Insisto. Dimensionemos el gesto del papa. Enfrentarse a Sodano de un modo tan frontal es enfrentrarse a una maquinaria poderosa que fue capaz de proteger durante años a personajes como Maciel, Trusso y Buela, por nombrar a los más cercanos a nosotros. Y habrá que ver de qué modo reaccionan. No soy amigo de ver conspiraciones a la vuelta de la esquina, pero me animaría a decir que, incluso, la vida de B16 corre peligro. Es que las fuerzas, o "el enemigo interior", no son solamente los neocons, sino también los progres, como bien apuntaba fray Rabieta. Resulta sugestivo que Zecca no haya filtrado nada a la prensa del caso que tiene entre manos, cuando, en principio, sería la venganza más fina e inesperada de la que podría gozar la CEA, luego de la humillación sufrida el 24 de septiembre de 2002. Yo me huelo que hay pactos de silencio, y que la podredumbre está instalada en ambos lados. Y ambos, comienzan a inquietarse con la posibilidad de que B16, efectivamente, se empeñe en destapar y aniquilar ese pecado de la Iglesia.
Habrá que ver cómo se suceden los hechos. Estamos, creo yo, en un momento bisagra de la Iglesia. O queda reducida a una mínima expresión y subsistente en un puñado de fieles, aunque continúe el gran aparato multinacional gobernado por la mafia, o resurge prístina para su última batalla.

martes, 11 de mayo de 2010

Los padres de la patria


Como bien lo han expresado varios de los lectores del blog, la ceremonia laica que protagonizó la cúpula de la Iglesia, secundados por los representantes del laicado, el sábado pasado en el santuario nacional de Luján, no sólo es vergonzosa, sino que es escalofriante. Parece que estamos, como bien acotaban, presenciando las profecías literarias, o no tanto, que leímos muchas veces en Castellani o en Benson.

Como un remedo de consuelo, espero que alguien en la Congregación de Obispos de Roma, guarde en las carpetas correspondientes las actuaciones de nuestros prelados y sirva, si siguen los aires benedictinos, para frenar cualquier intento de ascenso en la carrera episcopal.

Pero, si bien los hechos causan vergüenza e, incluso, asco, no sorprenden. Nuestros obispos no son más que los dignos hijos de los “padres de la patria”. Hace algunos años tuvimos una discusión acerca de los protagonistas de la Revolución de Mayo, que no es necesario repetir aquí. Baste decir que los padres civiles que engendraron nuestro país fueron un grupo de contrabandistas y jacobinos sediciosos, que aprovecharon que su legítimo rey estaba encarcelado, para levantarse contra él a fin de imponer los ideales revolucionarios y mejorar sus negocios. Pero, ¿qué decir de nuestro padres religiosos? Lamentablemente, fueron peores.

En el año 2002, Emecé publicó un escalofriante libro titulado Los curas de la Revolución, en el que varios investigadores estudian las figuras de aquellos, nuestros padres. Veamos algunos ejemplos:

- Juan Ignacio de Gorriti. Diputado por Salta y Jujuy, defensor acérrimos de la revolución y enemigo de Güemes y lo que él denominaba la “Patria Vieja”, frente a la cual constituirá el grupo de próceres norteños denominados la “Patria Nueva”, es decir, revolucionaria. Escribe en su diario hablando de Rivadavia: “Soy uno de sus mayores apasionados y consideraría como una bendición del cielo que la República fuera presidida por sujetos tan dignos de gobernar, como el señor Rivadavia”.

- Diego Zavaleta, deán de la catedral de Buenos Aires. Líder del sector reformista del clero que aspiraba a acotar las prerrogativas papales. Tuvo oportunidad de ponerlo en práctica cuando, al fallecer el obispo Lué que se oponía a la utilización del púlpito para defender las ideas revolucionarias, es nombrado vicario capitular. Desde ese puesto, interpreta que, del mismo modo que la prisión del rey Fernando VII había devuelto el poder a las colonias, lo mismo había ocurrido con el poder del Romano Pontífice que, de hecho, desparecía, y toda la autoridad era asumida por los obispos locales. Sus ideas, acorde a un jansenismo tardío, se orientan a lograr una iglesia autónoma del poder de Roma y que colabora estrechamente con las nuevas autoridades políticas. Los obispos, en efecto, han delegado su poder en el Papa, pero pueden reasumirlo cuando quieran.

El 25 de mayo de 1819, celebra la misa protocolar y, junto con el cabildo eclesiástico de Buenos Aires, jura la Constitución. Será Zavaleta, además, el “embajador” del gobierno de Rivadavia en la aplicación de la inicua ley de Reforma General del Clero de 1822.

- Julián Agüero, cura de Buenos Aires, aquel que, luego de la revolución, se dirigía a sus feligreses en las homilías, ya no como hijos o hermanos, sino como “ciudadanos”. Perteneciente al círculo íntimo de Rivadavia y participante en numerosas ocasiones de su gobierno en altos puesto ministeriales, se preocupó en fundamentar la sedición de mayo, afirmando que España jamás tuvo derecho de conquista y gobierno en América en razón de las monarquías precolombinas que allí estaban establecidas.

José María Paz escribía lo siguiente sobre el padre Agüero: “… es sacerdote pero ni su traje ni sus modales lo indican, pues afecta los del gran mundo o, por lo menos, los de un secular tono; jamás lo vi tomar el breviario, ni ocuparse de lectura alguna durante la navegación; o conversaba con los oficiales sobre asuntos juveniles, … hablándoles frivolidades, sin excluir asuntos de amoríos o libertinaje…”.

Y así, podríamos seguir con el relato de la santidad de doctrina y costumbres de otros de nuestros padres de la patria.

No es necesario; es suficiente con ver a sus hijos.

jueves, 6 de mayo de 2010

Grillado


El semanario Golias dedica una parte de su número de ayer a nuestro pastor, el padre Jorge, a quien considera definitivamente "grillado", es decir, quemado en sus aspiraciones papabiles.
Una vez más, no hay mal que por bien no venga.
Aquí va el artículo y el vínculo:


PAPABILE : Rattrapé par son passé sous la dictature, le cardinal de Buenos-Aires (Argentine), Mgr Bergoglio, définitivement « grillé »

Parution : 5 mai 2010

PAPABILE : Rattrapé par son passé sous la dictature, le cardinal
de Buenos-Aires (Argentine),
Mgr Bergoglio, définitivement « grillé »

Par Romano Libero

Né en 1936, l’archevêque de Buenos Aires, le cardinal Jorge Bergoglio, aurait raisonnablement encore pu faire office de papabile très possible. C’est un modéré, classique, « spirituel », cultivé et nuancé, vivant simplement et en retrait par rapport au tournant de la restauration ratzingérienne. Pondéré dans ses jugements, il fait figure d’homme de consensus.

« Aurait pu » car ce cardinal qui aurait été le premier Pape d’Amérique latine est aujourd’hui compromis de façon définitive par des révélations concernant son passé lors des dictatures militaires. De sorte qu’une élection à la papauté devient très improbable. A moins que le Sacr" Collège ne souhaite que le prochain pontificat ne commence très mal...Ce qui après les remous médiatiques de celui serait du plus mauvais effet.

Au travers d’un livre récent « El Jesuita - Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio » de Sergio Rubin e Francesca Ambrogetti, le cardinal Bergoglio a sans doute tenté de redorer son blason et de contester les sérieuses accusations qui pèsent contre lui quant à sa conduite alors qu’il était provincial de la Compagnie de Jésus en 1973 et 1979. Suite aux accusations de deux prêtres Orlando Yorio et Francisco Jalics qu’il aurait remis aux autorités militaires. La défense de Bergoglio semble empruntéé. di Jalics.

Selon sa propre version, Bergoglio aurait conseillé à ces deux prêtres, religieux jésuites comme lui au demeurant (!) de « faire très attention » en raison de leur réputation de subvertir l’ordre social. C’est à dire qu’il aurait cherché à les protéger de la police dictatoriale qui ne pouvait que les poursuivre suite à leur engagement parmi les pauvres des bidonvilles de Bajo Flores. Toujours selon sa propre version, alors provincial de la Compagnie, il aurait proposé à Yorio et Jalics de venir vivre tranquillement et discrètement dans la maison Provinciale (ce qui voulait dire au passage abandonner leur mission auprès des plus pauvres).

N’écoutant que leur courage, Yorio et Jalics persévérèrent dans leur ministère. Ils furent finalement enlevés, comme on pouvait s’y attendre.Selon Bergoglio, il aurait alors cherché à obtenir leur libération. Et à les protéger.

Cette version n’est cependant pas la seule ! Et n’est pas celle de nombreux témoins, ni celle des intéressés.

Sans oser les accuser en face Bergoglio se faisait volontiers et perfidemment l’interprète des accusations d’autres prêtres et d’évêques. Qui démentaient quant à eux les avoir émises. Un jour, le père Bergoglio (il n’avait pas encore coiffé la mitre) recommanda aux deux religieux turbulents de s’adresser à l’évêque de Moron, Mgr Miguel Raspanti. Leur affirmant qu’ils pourraient trouver refuge dans le diocèse de ce dernier. Or, en réalité, il écrivit lui-même une lettre à Raspanti terriblement négative à l’endroit des deux religieux ! L’art du double jeu en somme. Le brave Raspanti chercha pourtant à protéger et à cacher les deux prêtres. C’est Bergoglio qui l’en aurait alors dissuadé. Ce sont les calomnies répétés par Bergoglio qui empêchèrent aussi aux deux religieux d’être accueillis dans le diocèse de Buenos Aires ou d’être incardinés à Santa Fe.

Après leur libération, Yorio se rendit à Rome où le jésuite colombien Candido Gavina, très bien informé, lui apprit, de source autorisée (l’ambassadeur argentin près le Saint-Siège) que les forces armées avaient arrêté ces deux religieux suite à la plainte de leurs supérieurs religieux qui les présentaient comme des guérilleros. L’Ambassadeur argentin confirma même cette information par écrit !

En ce qui concerne Jalics, il se réfugia par la suite aux Etats Unis. Bergoglio s’opposa à son retour en Argentine ! Et il le fit savoir aux évêques argentins susceptibles d’accueillir le religieux dans leur diocèse. Qui plus est, il alla même jusqu’à conseiller à Anselmo Orcoyen, le directeur national du culte catholique, de refuser la demande de passeport avancée par Jalics ! Un document existe à cet égard.

Bergoglio se défend en disant que ces méchantes affirmations visent à discréditer sa candidature comme papabile. Pour noyer son chien il faudrait l’accuser de la rage ! En fait, quelle que soit l’intention ce sont les faits qui parlent. Et très clairement. Dans une biographie très documenté du cardinal, avec des preuves à l’appui, Horacio Verbitsky en a établi la véracité.

Sans doute, lors du dernier Conclave où il avait ses chances d’être élu, Bergoglio incarnait-il une ligne plus ouverte que celle de Ratzinger. Avec le hondurien Oscar Rodriguez Maradiaga et le brésilien Hummes. En comparaison du cardinal de l’opus dei, Mgr Juan Luis Cipriani Thorne, il est vrai qu’il n’est pas difficile d’incarner l’ouverture parmi les papabili d’Amérique. Aujourd’hui c’est l’archevêque de Sao Paulo, le cardinal Pedro Odilo Scherer qui peut fait figure d’étoile montante. Bergoglio est semble-t-il définitivement grillé. Quant à Rodriguez Maradiaga, son soutien au putsch droitier dans son pays fait qu’il est plus difficile de le considérer comme un papabile « de gauche », ou du moins social.

Ceux qui misèrent jadis sur Bergoglio, présenté un peu rapidement comme un nouveau Luciani parce qu’il prenait les transports en commun et vivait simplement, habillé comme un prêtre de base et non comme un prince de l’Eglise avaient oublié que provincial des jésuites il combattait la ligne Arrupe. D’ouverture. Et qu’il dut une promotion épiscopale à cinquante ans largement écoulés, inattendue, au soutien amical du cardinal Antonio Quarracino, son prédécesseur à Buenos Aires. Un ultra-conservateur.

Consideraciones


Las múltiples y penosas situaciones de pederastia que la Iglesia ha debido afrontar en los últimos meses merecen muchas consideraciones. Yo propongo aquí algunas, surgidas de los comentarios que los lectores del blog han ido vertiendo en las últimas entradas.

Algunos consideran injusto y condenable que un blog de este tipo critique la pederastia del clero en las congregaciones o institutos conservadores, como los Legionarios o el padre Karadima. Se trata, claro, de un sofisma. Pretenderían, quizás, que se comentaran solamente los casos de sacerdotes progres, defiendo a los supuestamente del palo porque son del palo, y justificando sus crímenes. O quizás pretendan que, en estos casos, se silencien los hechos. Cualquiera de las dos decisiones, no harían más que negar la realidad. Por ahora, los casos más cercanos y escandalosos para nosotros son los de Maciel y de Karadima y pronto, probablemente, salga a luz otro aún más cercano. Y, lamentablemente, todos los criminales son “conservadores”. ¿Qué podemos hacer? Es la realidad, y que usen sotana no impide que hayan sido unos depravados con conductas condenables.

Para muchos, pareciera que hablar en un ámbito público sobre el tema y con una actitud crítica hacia los culpables del infame delito, denota falta de amor a la Iglesia. En primer lugar, me parece que aquí estamos frente a una concepción equivocada de iglesia. En efecto, ellos adhieren a una suerte de actitud corporativa de defensa de la institución eclesial, sin entrar a cuestionarse acerca de la licitud de las acusaciones. Si bien nadie duda que debemos amar y defender a la Iglesia, entendemos por tal a la Esposa inmaculada de Cristo que debe cargar con sus hijos pecadores, pero no justificarlos o defenderlos de los crímenes que realmente cometieron.

Por otro lado, si se nos critica por ventilar estos asuntos, que ya están suficientemente ventilados por la prensa enemiga, ¿qué otra actitud aconsejarían? Ya sabemos cuáles fueron las consecuencias de negarlos. Silenciarlos, y hacerse los distraídos, dejaría toda la argumentación en manos de aquellos que están aprovechando para hacer leña del árbol herido. Supongo que no pretendería que saliéramos en defensa de los criminales, que merecen el castigo de Dios y de los hombres, en ambos foros.

Además, está la cuestión de las víctimas. Y como bien apuntaba Ludovico, no se trata de adoptar el argumento de Caifás: “conviene que muera un justo para bien del pueblo”. Nada justifica la muerte de un inocente. Y el supuesto bien de la iglesia que se seguiría si no se denunciaran los casos, no justifica, nunca, la injusticia que se cometería con las víctimas. Actuar de otro modo, sencillamente, no sería cristiano.

La única actitud adecuada, creo yo, es la que ha tomado el Santo Padre: reconocer los hechos y castigar a los culpables, es decir, aceptar la verdad de la situación, evitando la exposición desmedida a la prensa. Yo agregaría la prohibición de hablar a quienes no saben cómo manejarse en esta situación. Por ejemplo, al cardenal Bertone, que se le ocurrió vincular públicamente la homosexualidad con la pedofilia, o el otro prelado que afirmó que, en realidad, en la mayoría de los casos, no se trataba de pedofilia sino de efebofilia, como si esto cambiara en algo la situación.

Es conveniente mirar cómo trataba la iglesia los casos similares en el pasado, y por pasado me refiero a los pontificados anteriores a Juan Pablo II. Cuando se comprobaba algún tipo de conducta de este tipo en miembros del clero, los culpables eran enviados de por vida a llorar por sus pecados en algún convento alejado de la civilización. Es el modo en el que actuó Benedicto XVI con un real obispo argentino. Apenas llegada la acusación a la Nunciatura, el prelado fue inmediatamente depuesto de su sede, y enviado a purgar sus culpas a una aislada comarca andina, sin choferes a la vista.

El problema es que, durante casi tres décadas, estos casos de cajonearon. No era cuestión de que se publicitaran; era cuestión de que se actuara contra los culpables y, si era necesario, que se los entregara al foro civil. Resulta ilustrativo el caso de la carta que fue hecha pública hace algunas semanas por el semanario francés Golias que, por más impío que sea, decía la verdad. Hace nueve años, cuando el cardenal Castrillón Hoyos era Prefecto de la Congregación del Clero, escribió lo siguiente a un obispo francés en cuya diócesis había un sacerdote al que se había encontrado culpable de la violación de un niño: «Os felicito por no haber denunciado a un sacerdote a la administración civil. Lo has hecho bien y estoy encantado de tener un compañero en el episcopado que, a los ojos de la historia y de todos los obispos del mundo, habría preferido la cárcel antes que denunciar a su hijo sacerdote». El Vaticano admitió la veracidad de la misiva y, no por eso, deja de ser una barbaridad. Pero lo más llamativo del caso, es que hace algunas semanas, al finalizar una conferencia en España, se le preguntó al cardenal sobre esta carta de su autoría. Su respuesta fue que el papa Juan Pablo II le había indicado escribir la carta del escándalo en esos términos.

Creo que, a estas alturas, debemos ser claros y afirmar que, el gran culpable de esta situación, es, sin duda alguna, el magno papa polaco. Mientras se amontonaban en los escritorios de la curia romana las acusaciones contra el monstruo de Maciel, él lo abrazaba públicamente y lo ponía como ejemplo para la juventud. Y esta fue su conducta permanente a lo largo de su terriblemente largo pontificado: el encubrimiento y la negación de los hechos, y la protección de los culpables. Este solo hecho, avalado por la foto que encabeza el post, entre tantas otras, merece que la causa de canonización de Juan Pablo II sea cerrada definitivamente. Y si a eso sumamos el bochorno de que la monja a la que había curado se volvió a enfermar del mismo mal a los tres años, creo que el Magno no será santo ni súbito ni lento.

Algo bueno tenía que salir de todo esto.

domingo, 2 de mayo de 2010

El monstruo de Chile


Jorge de Chile me pasó este informe periodístico sobre el Maciel chileno, P. Fernando Karadima.
No dejen de verlo. Es escalofriante.
Advertencia: Muchos sufrirán la casi irresistible tentación de hacer analogías. Es un calco -sorpendetemente, muchas de las palabras y expresiones de las víctimas son exactamente las mismas- del caso argentino.
Tiemblen, porque Telenoche debe estar preparando algo.
Y aquí no es cuestión de misericordia ni de la teoría del bien mayor: es cuestión de la verdad y del daño irreparable que se inflige a las víctimas.


sábado, 1 de mayo de 2010

Refundación


La Santa Sede ha emitido hoy en su boletín de prensa los resultados de la visita apostólica a los Legionarios de Cristo y las acciones que el Santo Padre dispondrá.
Todo parece indicar que se trata de una verdadera y propia refundación de la congregación, toda vez que se habla de la "necesidad de redefinir el carisma" de los Legionarios, y que una de las acciones que se han dispuesto es nombramiento de una Comisión encargada de revisar las constituciones. El gobierno del instituto, además, pasará a manos de un Delegado pontificio.
Llama la atención, por otro lado, el hincapié que se hace en los defectos que los cinco visitadores han observado en los miembros de la Legión: un ejercicio de la autoridad descontrolado, irrespetuoso de las conciencias y separado de la verdad; una falta de formación que compromete el entusiasmo juvenil, el celo misionero y el dinamismo apostólico de los miembros.
Interesante para aplicar a otros casos similares.