jueves, 11 de marzo de 2010

Así se hizo la reforma litúrgica IV: Los protagonistas


La Reforma Litúrgica del Concilio Vaticano II tuvo muchos protagonistas. Veamos algunos de ellos, los más importantes quizás, luego Pablo VI, el papa de triste memoria.

1. El Consilium: Se trata del Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia, un organismo creado el 24 de enero de 1964 por el papa Pablo VI a fin de llevar a la práctica las prescripciones de la Sacrosanctum Concilium. Estaba presidido por el cardenal Giacomo Lercaro, incapaz de desempañar un cargo de esta naturaleza, según el cardenal Antonelli, y el secretario factótum era el P. Annibale Bugnini. No fue un organismo fácil de ubicar porque asumía funciones que era propias de la Sagrada Congregación de Ritos e, incluso, de la Doctrina de la Fe. La Congregación de Ritos era una estructura tradicional que había sido fundada por Sixto V en 1588, pero fue convenientemente neutralizada en su previsible carácter reaccionario nombrando como prefecto al nefasto cardenal Lercaro. En abril de 1970, se lograba la disolución de la congregación de Ritos, dividiéndola en la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos. Como secretario de esta última será nombrado Mons. Antonelli y, de la primera, Mons. Bugnini.

2. Ferdinando cardenal Antonelli: un capuchino que se desempeñó toda su vida en la Curia Romana, participando fundamentalmente en temas litúrgicos. Fue el principal protagonista de la reforma de la Semana Santa de Pío XII, el primer paso de la reforma total del Vaticano II, y tan desastrosa como ésta. Es importante recordar que la reforma piana fue un verdadero atentado contra los ritos tradicionales de Semana Santa. Muchos consideran que el principal problema fue el cambio de horario de las celebraciones. Yo creo que eso fue el único acierto. Celebrar la vigilia pascual el sábado santo por la mañana no tenía mucho sentido, aunque algunos amigos digan que sí. Entre otras cosas, se eliminó la misa de presantificados del Viernes Santo, de antiquísimo uso, y muchísimos de los más bellos ritos de la vigilia pascual.

El P. Antonelli también tuvo una participación protagónica en la reforma obrada por el Consilium, del cual formaba parte. En 1969 escribía: “Mis impresiones sobre la reforma litúrgica son sustancialmente buenas. El nuevo Ordo Missae, que entró en vigor el 30 de noviembre de 1969, tiene muchos elementos positivos. Podría ser mejor, como todas las cosas, pero la sustancia es buena. La Institutio generalis Missalis Romani es más imperfecta. Pero la sustancia es buena. Con el tiempo se podrán equilibrar algunas cosas”. Como vemos, Antonelli no era precisamente un tradicionalista. Sin embargo, era honesto en sus juicios y actuaba de buena fe. Hacia el final de los trabajos del Consilium escribía en su diario: “Hice varias intervenciones en el Consilium y en la Sagrada Congregación de Ritos cuando los textos (de la liturgia reformada) debían ser revisados por nosotros, y he logrado eliminar, en varios puntos, expresiones e ideas que no creía justas. Pero no obstante esto, el dolor permanece. El tiempo dirá si fue un bien (la reforma), o un mal, o una cosa indiferente”.

3. Mons. Annibale Bugnini: Dedicado también toda su vida al estudio de la liturgia y a accionar en la Cura Romana, participó de la reforma de Pío XII y fue el gran protagonista de la reforma del Vaticano II. El P. Antonelli escribe lo siguiente en su diario personal acerca de su colega: “Ha sido nombrado Secretario de la nueva Congregación del Culto Divino el P. Annibale Bugnini, C.M. Podría decir muchas cosas sobre este hombre. Debo agregar que ha sido siempre sostenido por Pablo VI. No quisiera equivocarme , pero el problema más notable del P. Bugnini es su falta de formación y de sensibilidad teológica. Es una laguna y una falta grave, porque en la liturgia toda palabra y todo gesto traducen una idea que es una idea teológica. Tengo la impresión de que se ha concedido mucho, sobre todo en materia de sacramentos, a la mentalidad protestante. No porque el P. Bugnini haya sido el artífice de tales concesiones; él sólo se ha servido de mucha gente y, no sé por qué, ha introducido en el trabajo a gente hábil pero de coloración teológica progresista. Y, o no se ha dado cuenta, o no se ha resistido, porque no se podía resistir a ciertas tendencias”. En manos de este personaje, nulo en teología, estuvo la reforma litúrgica que hoy sufrimos. Y no olvidemos la afirmación de Antonelli: Pablo VI siempre lo sostuvo.

Ferdinando Antonelli fue reivindicado al final de sus días siendo elevado al cardenalato y ocupando la prefectura de la Sagrada Congregación del Culto, y Annibale Bugnini fue castigado y desterrado de Roma a Irak.

Te diste cuenta tarde, Montini.

Fuente principal: Nicola Gianpietro, Il Card.Ferdinando Antonelli e gli sviluppi della riforma liturgica dal 1948 al 1970, Studia Anselmiana, Roma, 1998.

6 comentarios:

  1. Malachi Martin dijo:

    Wanderer, dice Ud.:"la reforma de la Semana Santa de Pío XII, el primer paso de la reforma total del Vaticano II, y tan desastrosa como ésta. Es importante recordar que la reforma piana fue un verdadero atentado contra los ritos tradicionales de Semana Santa."
    Perdone mi ignorancia, pero ¿cómo era la Semana Santa antes de esa reforma? ¿Por qué fue tan terrible este traspié de Pío XII?

    -M.Martin -

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  2. Malachi: Reléveme de esa tarea. A ver si Gandalf se anima a escribir algo. Conoce el tema como nadie.

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  3. M. Martin:

    La explicación más fácil y directa la puede encontrar leyendo los ritos de Semana Santa de un Misal anterior a la reforma (i.e. 1945). Hay algunos de Azcárate circulando.

    Verá Ud. como empezaron a robar la belleza ¡bajo SS Pío XII!.

    Sds.

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  4. Malachi Martin dijo:

    Gracias, buscaré algún Azcárate, como sugiere el Anónimo de 18:29.

    Pero que Gandalf también escriba algo, por favor: me han impactado sus intercambios con el Athonita. Decir "magníficos", es poco...

    -M.Martin -

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  5. Aporto algo que Ratzinger del año 1997. Es la primera vez que lo escucho.

    "... El significado de la palabra ortodoxia, en la Iglesia primitiva, y en las Iglesias orientales, tenía casi la misma significación. Porque en el sufijo doxia, por supuesto, doxa no se entendía en el sentido de opinión (opinion verdadera): las opiniones, desde el punto de vista griego, son siempre relativas; doxa era entendido más bien en el sentido de gloria, glorificación.

    Ser ortodoxo significaba, por tanto, conocer y practicar el modo justo con el que Dios quiere ser glorificado. Se refiere al culto, y, a partir del culto, a la vida"

    "Conferencia del Cardenal J Ratzinger en el encuentro de Presidentes de las Comisiones Episcopales de America Latina para la Doctrina de la Fé. 1997. Revista Gladius Nro 38"

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  6. Los manejos de la masonería dentro de la Iglesia, despues de los hechos vividos a través de tantos años postconciliares, son indudables.
    El humo de Satanás entró por las rendijas en la Iglesia, lo que sucede es que el Papa se olvidó de confesar quien lo había metido dentro.

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