lunes, 18 de marzo de 2024

Curiosidades de los hongos de la resistencia

 



La semana pasada, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a un grupo de personajes españoles que, aparentemente, fue a festejar con él un triunfo. Vemos en la fotografía rodeando al pontífice a José Manuel Vidal, sacerdote de izquierda, secularizado en los ’70 y casado, y que es el director de Religión Digital (RD); la infaltable sor Lucía Caram, monja dominica argentina destinada a un monasterio español y defensora de las causas más escandalosas y progresistas; Jesús Bastante, de doble sangre consagrada, co-director de Religión Digital; José Lorenzo, periodista de cuanto medio progre le ofrece una dádiva y el famoso P. Ángel, fundador de los Mensajeros de la Paz y del progresismo más rabioso que pueda encontrarse en España, como todos saben. 

Por supuesto, RD ha dedicado decenas de artículos a relatar el encuentro, algunos de ellos de una adulación y servilismo que resultan ya nauseabundos (aquí). Como publicó el mismo sitio, durante la corta entrevista con Francisco, éste dijo las siguientes frases destacadas: 

“El Vaticano II fue un gol de media cancha a la Iglesia, que nos ha hecho mucho bien, y que era necesario, aunque todavía no se ha puesto en vigor todo”.

“En España hay mucha gente que trabaja bien, y hay pequeños grupos de resistencia. El arzobispo de Madrid tiene que enfrentar una resistencia muy grande, pero es joven y corajudo, apóyenlo”

“Todos estos ‘hongos’ que han surgido ahora, estos sedevacantistas, que buscan cualquier cosita para interpretar a su manera. No es gente mala, es gente triste. Con una tristeza de corazón, les tengo lástima”.

Cualquier católico, luego de un elemental análisis crítico de la noticia, puede notar una serie de curiosidades, algunas de las cuales detallo a continuación:

1. Es curioso que el motivo de la visita haya sido entregarle al Papa el resultado de una campaña iniciada por RD enapoyo del pontífice. Ese portal se autopercibe y proclama como el sitio de noticias más leído de España —lo cual es falso— y, aún así, consiguió, según ellos mismo dicen, 7000 firmas en apoyo del pontífice. Sí, 7000. ¿No se ruborizan? Ese número es nada y menos que nada para un país católico como España. Que un sitio periodístico tan potente como RD haya conseguido sólo ese número habla con elocuencia que, o bien el Papa tiene un apoyo escasísimo, o bien, que a nadie le importa su figura. O ambas.

2. Es curioso que, siendo RD como es defensora de la madre tierra, le entregara los nombres de los católicos que apoyan al Papa en un pen drive y hayan viajado con ese propósito cinco personas a Roma. ¿No habría sido más ecológico enviar el listado por correo electrónico y en un archivo adjunto? ¿No pensaron en las huellas de carbono que sembraron por el Mediterráneo los aviones en los que se desplazaron? ¿Quién pagó esos viajes? Seguramente el dinero vino RD, un sitio que no tiene sobresaltos económicos. Como ya se ha denunciado hace tiempo (por ejemplo, aquí y aquí), el sitio recibe cuantiosas donaciones de obispados, congregaciones religiosas, bancos y empresas multinacionales. Más aún, en los corrillos de las curias españolas se sabe que las ayudas que deben aportar a RD no son del todos voluntarias; siempre sobrevuela el riesgo de una persecución mediática al obispo tacaño. 

3. Es curioso que los visitantes papales, heraldos de la Iglesia renovada española y entusiastas de las aperturas conciliares y francisquistas, y que posan junto al mismo pontífice, suman en promedio 68 años de edad. Verdaderamente, un estado primaveral suficientemente elocuente de los frutos del Vaticano II.

4. Es curioso que el Papa Francisco haya calificado al Concilio Vaticano II como “gol de media cancha” de la Iglesia. ¿Nos toma por tontos? El viernes pasado, Specola nos informaba que en un ciudad alemana se vende por Ebay una iglesia, con casa parroquial y convento, inaugurada en 1963, un año después del inicio del famoso Concilio. El dato dramatiza perfectamente los efecto del “gol de media cancha”. Aclara sin embargo el Papa, que “no se ha puesto en vigor todo el Coniclio”. Meno male! en tal caso, habría sido un gol de arco a arco, y pueden ya imaginar dónde nos encontraríamos: estaría en la venta la Almudena, la basílica de Santiago de Compostela y la de San Juan de Letrán.

5. Es curioso que el Papa de la misericordia y de la apertura de la Iglesia a “todos, todos, todos” considere que en España hay “grupos de resistencia” a los que califica de “hongos”. ¿Qué hubiese pasado si el pontífice hubiese dicho que los protestantes, o que los musulmanes o que los animistas son “hongos”? ¡Escándalo mundial! Sin embargo, puede decir sin ruborizarse que ciertos grupos de fieles católicos son “hongos”, y nadie levanta la más leve crítica. Más aún, son los misericordiosos progresistas de RD los que azotan con sus burlas al vivero de setas.

6. Es curioso que sea el mismo pontífice el que diga que ha designado al nuevo arzobispo de Madrid, que “es joven y corajudo”, a fin de que fumigue y extermine a la peligrosa colonia de hongos que está creciendo en España. ¿Habrá instruido, acaso, al cardenal Cobo con las técnicas que él mismo utilizó en Argentina cuando era provincial de los jesuitas durante la dictadura militar, para identificar y señalar a aquellos de sus hermanos SJ que en esa etapa de su vida consideraba “hongos”? Sería una buena pregunta para los padres Franz Jalics y Orlando Yorio.

7. Es curioso que el Papa Francisco considere a los “hongos” de la resistencia, como “sedevacantistas”. ¿Se referirá, acaso, a la comparsa del Palmar de Troya? No pareciera que fuera el caso, pues la misma RD con escasa sutileza y el diario La Razón con ninguna, amontonó a todos los hongos en un solo rimero: la Sacristía de La Vendée. Ellos, por el contrario, son “la sacristía del Vaticano”. Es que si el Papa se refería a los sacerdotes de Toledo autores del canal de la Sacristía de La Vendée, sencillamente los calumnió. Y la calumnia es pecado grave.

8. Es curioso que el Papa califique a los sacerdotes y seglares de genética micótica como “gente triste”. Una foto vale más que mil palabras.




9. Son curiosas las mutaciones en el rostro del Papa Francisco. Remite inmediatamente a Dorian Gray: “El retrato parecía haber envejecido y cambiado por completo; había en él algo de podredumbre y descomposición. Los colores estaban apagados, y aquí y allá aparecían manchas de negro veladas con un verde viscoso. Los rasgos se habían desfigurado completamente”. Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray, c. XX.

10. Definición de la RAE: “Hongo: Ser vivo heterótrofo, carente de clorofila, hojas y raíces, que se reproduce por esporas y vive parásito, en simbiosis o sobre materias orgánicas en descomposición”. Es curioso que el Papa defina a algunos de sus hijos como parásitos. ¿Dónde quedó el hospital de campaña? ¿Se acabaron, acaso, las dosis de misericordina? Pero si los hongos viven parasitando materias en descomposición, ¿será entonces que los “hongos de la resistencia” parasitan a la Iglesia que se encuentra en estado de descomposición? La referencia a Louis Bouyer y su libro La descomposición del catolicismo es obligada.


11. Es curioso que los sacerdotes y obispos declaradamente francisquistas sigan la misma matriz de misericordia hacia los “hongos de la resistencia”. En la fotografía de arriba se reproduce el reciente intercambio de mensajes de WS entre un joven católico y su párroco de Villa Allende (Córdoba, Argentina). 



12. Es curioso que el trouppe de RD no haya caído en la cuenta de que el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, es un peronista de pura sangre y, como tal, le dice a cada uno lo que quiere escuchar. Una semana antes de haberlos recibido a ellos en un pequeño despacho adosado al Aula Paulo VI, había recibido en el Palacio Apostólico a los superiores de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, “hongos resistentes” de los más venenosos que existen y, ciertamente, no ordenó una fumigación inmediata. Todo lo contrario, los animó a continuar en su clarísimo carisma de resistencia.

Y una curiosidad de yapa: Francisco, en la lógica decrepitud propia de su edad, no ha caído en la cuenta de que la treta peronista dejó de ser efectiva con la universalización de las redes sociales. Daría la impresión de que los cabecillas de RD están también afectados por el mismo mal.

sábado, 16 de marzo de 2024

Otro aniversario más

 


Hace diecisiete años, el 16 de marzo de 2007, comenzaba este blog, en una aburrida tarde de viernes y como una diversión entre amigos (y uno de los primerísimos fue el querido y llorado Jorge Ferro). Sin yo quererlo, se convirtió en otra cosa, y ha durado más de lo que cualquiera, y yo mismo, hubiésemos creído. 

Son casi dos mil cien artículos, setenta mil comentarios y quince millones de visitantes.     Algunos datos interesantes: el 35% de los lectores son de Argentina y el 29% de España. Luego sigue Estados Unidos con un 8%, Italia con un 5% y más atrás otros países, principalmente hispanoamericanos.

    Un dato curioso es que una buena mayoría lee el blog en sus celulares; y otro, que la mayoría entra desde Google, desde Facebook y desde el blog de Aldo Maria Valli. Claramente, quienes publican los artículos del blog en sus páginas de Facebook ayudan mucho a difundirlo.

    Por eso mismo, la cantidad de visitas diarias es muy variable. Por ejemplo, el artículo sobre el libro oculto del cardenal Tucho Fernández atrajo a decenas de miles de lectores; los que tratan de temas más teóricos o de reflexión, cosechan muchos menos. Como promedio, el blog tiene doscientas mil visitas mensuales. Desconozco las estadísticas de otros blogs o sitios católicos similares de Argentina, pero creería que no es un mal número. 

    Seguiremos hasta cuando Dios quiera. Y lo que espero que quiera es que pronto podamos dedicarnos a discutir de cosas mucho más profundas que aquellas que la trágica realidad de la Iglesia, desde hace poco más de once años, nos exige. 


jueves, 14 de marzo de 2024

La ya inocultable hipocresía

 


La hipocresía de la Iglesia del posconcilio resulta ya difícil de ocultar. La tecnología impide que lo que realmente sucede quede escondido. Todo sale a la luz y todos los católicos pueden observarlo con sus propios ojos.

    En la imagen de la izquierda vemos una misa pontifical, celebrada por algún obispo que desconozco. A la enorme mayoría de los católicos les parecería una ceremonia bellísima y sublime; estar en un templo cuyas columnas se elevan al cielo, arropados por la música del órgano o del canto gregoriano, con el perfume del incienso embargando la atmósfera y con los colores de los ornamentos y las luces de las velas atrayendo las miradas. Era, como todos sabemos, una ceremonia a la que los católicos de los últimos mil quinientos años —poco más, poco menos— podían asistir con cierta regularidad.

    La Iglesia del Vaticano II destruyó en menos de un un lustro ese edificio de belleza que llevó siglos construir. Y nosotros tan campantes, como si nada hubiera pasado. Más aún, la jerarquía eclesiástica, con el Papa a la cabeza, han prohibido del modo más terminante la celebración de esa misa.

    En cambio, esos mismos obispos no tienen reparo alguno en profanar la eucaristía y protagonizar los espectáculos más zafios como vemos en las otros dos fotografías.

    En la de arriba, Mons. Eduardo Castanera, obispo auxiliar de Quilmes, celebra la misa el  29 de diciembre de 2023 en ocasión de un encuentro los jóvenes voluntarios de Cáritas. Tirado en el piso, con una ¿estola? multicolor, con un mate junto al cáliz y con una imagen de la Ssma. Virgen que es un muñeco de trapo. 

    En la de abajo, el cardenal Ángel Rossi S.J., arzobispo de Córdoba (Argentina), el día 5 de marzo, en ocasión de su visita al decanato de la ciudad de Córdoba, imparte la bendición con el Santísimo Sacramento, sin ningún tipo de ornamento —peor aún, en mangas cortas— y con el único signo de reverencia de Mons. Horacio Álvarez, uno de sus auxiliares, que está de rodillas. El resto de la asistentes sacerdotes y obispos permanecen sentados. Cabe mencionar que el cardenal Rossi es miembro del dicasterio para el Culto Divino.

    Los cardenales y obispos pueden hacer lo que se les ocurre en materia litúrgica. Y los sacerdotes también. Saben que no serán sancionados; que el cardenal Arthur Roche no dirá nada. E incluso es probable que el mismo pontífice romano alabe su creatividad pastoral. 

    Sin embargo, esos mismos cardenales y obispos, y el mismo cardenal Roche, prohiben del modo más arbitrario y tajante la celebración de la misa que la Iglesia celebró durante más de mil quinientos años, y persiguen del modo más cruel a los sacerdotes que la celebran e, incluso, a aquellos que aún celebrando la misa de Pablo VI, osan incluir algún canto en latín o alentar a los fieles a comulgar de rodillas y en la boca.

    Hay que ser ciego, estúpido, cínico o extremadamente hipócrita para no darse cuenta de lo que está ocurriendo. 

Usquequo, Domine, oblivisceris me in finem? 

usquequo avertis faciem tuam a me?

Quamdiu ponam consilia in anima mea; dolorem in corde meo per diem?

Usquequo exaltabitur inimicus meus super me? (Ps. 12, 1-3)

martes, 12 de marzo de 2024

Los embravecidos defensores de Francisco

 



El ambiente en el Vaticano, desde la llegada del Papa Francisco, nunca fue tranquilo. Los que allí trabajan han vivido años aterrorizados de que les llegara un quirógrafo en que se les anuncia que cesan en sus funciones, o que serán encarcelados en las mazmorras apostólicas. Literalmente. Pero en los últimos meses, la atmósfera es ya insoportable. El pontífice está muy mayor y muy enfermo y él, sin embargo, se empeña en que no lo está. Ya sabemos todos del curioso “resfriado” que no lo deja desde hace mucho tiempo y todos vimos la semana pasada el penoso espectáculo de su frustrado intento por subir al papamóvil (notable la rudeza con la que el Papa de la misericordia trata a su valet). Bergoglio no se resigna a su enfermedad y pretende que todos creamos que goza de excelente salud. Y las razones, por cierto, no son cosméticas. Un gobernante enfermo, es un gobernante débil, y él jamás se permitiría un gesto de debilidad. 

    Es por ese motivo también que desde hace un tiempo ha ordenado a su jauría más fiel que impidan las críticas feroces que se le hacen desde los medios católicos informales, es decir, blogs, canales de Youtube o portales de noticias. El Vaticano no tiene control sobre ellos; por tanto, el único medio con el que cuenta es la presión, cuando son presionables, o la descalificación. Ya vimos lo que ocurrió la semana pasada con el canal de “La Sacristía de la Vendée”; hace un par de meses, en la Universidad San Dámaso, un importante aunque opaco personaje del Vaticano, afirmó que no debe criticarse al Papa Francisco por Internet, y como estos hay varios ejemplos más. 

    Sin embargo, quiero detenerme en uno de los más recientes, escrito por el académico italiano Massimo Faggioli, profesor de teología en Villanova University de Filadelfia, propiedad de los agustinos. Se trata de un experto en temas eclesiales, defensor de las peores causas y extremadamente francisquista. Un adetto al régimen. Y lo que escribe en su artículo publicado en La Croix da vergüenza ajena. Siendo yo mismo un académico, me pregunto con qué cara una persona pretendidamente seria intelectualmente puede escribir lo que Faggioli escribe. 

    Comienza reconociendo la feroz oposición al pontificado de Francisco por parte de miembros del clero y de seglares. ¿Quiénes son? Pues ya lo sabemos: “La oposición radical a él ha venido de los católicos de la ‘ley y el orden’, el partido de los reaccionarios anti-Vaticano II”. Aquí no hay novedad: somos los ultras, los reaccionarios, los indietristas, los semipelagianos, los “caras de pepinillos en vinagre”, etc. Sin embargo, Faggioli agrega una característica novedosa: los críticos del Papa Francisco somos falsos y desvergonzados, que detrás de una imagen de católicos devotos y sabelotodo, escondemos sólo cinismo. Es decir, los críticos a Bergoglio somos de las personas más malas y peligrosas que pueblan la Iglesia. 

    Para hacer esta afirmación, Massimo Faggioli se apoya en un estudio realizado por dos sociólogos de la Universidad de Colonia según el cual, aunque para las mayorías los cínicos siempre pasan por inteligentes, la realidad es diversa: “La idea de que los individuos cínicos son más competentes, inteligentes y experimentados que los menos cínicos parece bastante común y extendida, pero, como demuestran nuestras estimaciones, las verdaderas asociaciones empíricas entre cinismo y competencia son en gran medida ilusorias”. Es decir, los críticos al pontífice son tontos. Pero no solo eso, sino que también ese cinismo expresa un “afecto neoliberal [...] la sensación de vivir bajo condiciones estructurales que coartan los tipos de subjetividades autodeterminadas que se han dado por sentadas como característica de las democracias liberales occidentales y que siguen siendo fundamentales para los modos imaginarios de disidencia”. Que algún lector tenga la bondad de traducirnos esta frase escrita en el críptico vocabulario de la izquierda internacional. Lo que queda claro es que yo soy cínico, desvergonzado, falso, tonto, neoliberal y coartador de subjetividades autodeterminadas. Bien por Faggioli.

    Y el caso de los obispos y clérigos criticones es aún peor pues, además de los calificativos ya enunciados, ellos critican “al obispo de Roma, con quien deben estar en comunión para seguir siendo miembros legítimos del colegio episcopal”. Es decir, que un progresista democrático como Faggioli señala a los obispos que no están en comunión con un monarca absoluto como es el Papa, y los acusa de no ser miembros legítimos del colegio episcopal. Mons. Strickland y Mons. Schneider, entre muchos otros, directamente están fuera de la Iglesia; son obispos traidores porque no se someten a todos los dictados del pontífice romano. 

     Estos movimientos del bergoglismo residual terminan dando la impresión de que están muy preocupados. Son conscientes de que la Iglesia se encuentra en un estado de crisis agudísima —policris, la llama Faggioli—, y se dan cuenta que las voces críticas a la nueva Iglesia que pretende fundar el moribundo Bergoglio tienen mucha más fuerza y adherencia de lo que podían prever. Así como “Religión Digital” y “Vida Nueva” no tienen nada que hacer en España frente a Infocatólica, Infovaticana e, incluso, frente la Sacristía de la Vendée; o así como en Italia ni siquiera “L’Osservatore Romano” tiene nada que hacer frente a blogs como Missa en Latino, o los de Aldo Maria Valli y Marco Tossatti, la solución entonces ya no es competir sino descalificar y, si es posible, asesinar… virtualmente. 

  Estamos en un porno pontificado cuyos métodos y aficiones envidiarían los papas Borgia. 


lunes, 11 de marzo de 2024

Jorge Ferro, el Anónimo Normando. In memoriam

 




Murió Jorge Ferro, el Anónimo Normando. Se marchó a Rivendel. Fue un entrañable amigo y un valiosísimo colaborador de este blog desde sus mismos inicios en 2007. Más aún, en un momento de desánimo, cuando dejé de publicar durante un par de meses, fue Jorge quien me convenció de que debía seguir. Por eso mismo, toda la comunidad que se reúne en torno a esta página le debe mucho, y le pido una oración por el descanso de su alma. Como él siempre decía: “Te pido un avemaría por mi”. 

    Lo conocí en 1995, en el café “El cisne”, de la calle Marcelo T. de Alvear, en Buenos Aires. Jorge trabajaba enfrente, en un instituto de investigaciones que funciona en una de las alas del Palacio Pizzurno. Yo era un joven iluso que, a instancias de un queridísimo amigo en común, iba a plantearle un tema de lo más extravagante para mi tesis de licenciatura. Él, con humildad y delicadeza, me hizo ver mis delirios. Nos hicimos amigos. Fui varias veces a su casa de Bella Vista, donde conocí a Celia, su mujer de la que siempre estuvo enamorado, y él vino varias veces a la mía. ¡Cómo olvidar sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo! Siempre con el aula magna colmada de bote a bote, de adolescentes, jóvenes y adultos. ¡Cómo olvidar su bonhomía y disponibilidad cuando los estudiantes me pedían que les consiguiera con él alguna entrevista personal para comentarle sus proyectos! ¡Cómo olvidar sus llamados recomendándome algún tesista y pidiéndome benevolencia! Porque Jorge era una persona bene volente, siempre quería el bien para los demás, y por eso mismo a veces teníamos diferencias en cuanto al juicio sobre la situación de la Iglesia o del país: él siempre daba otra oportunidad, moderaba y pedía moderación. 

    Jorge Ferro era doctor en Letras, investigador del Conicet y profesor en varias universidades del país. Además, y fruto de su caridad exquisita, formador de sacerdotes en varios seminarios, tarea compleja que aceptaba como un deber y siempre con alegría. Su área de estudio era la literatura española medieval, y sobre ese tema escribió numerosos artículos y era recurrentemente invitado a congresos internacionales. Su gran amor, sin embargo, era la literatura inglesa. Por eso mismo, conocía a Tolkien, a Lewis, a Chesterton y a Knox como pocos. Y por eso también sus libros Leyendo a Tolkien, permanentemente editado y agotado, o De maestros y batallas culturales

    Jorge, además de amigo, fue también maestro. Yo creo que todos los amigos, cuando lo son de veras, son también maestros. Siempre enseñan. Y de Jorge yo aprendí mucho y estoy seguro que todos quienes lo conocieron aprendieron también mucho de él. No nos daba clases; conversaba. Era un gran conversador. Dos eran las cosas de las que yo más gozaba en esas inolvidables tertulias en el pub de Tollers o en medio de las montañas mendocinas: los recuerdos que permanentemente mechaba en el diálogo, gracias a los cuales  conocí mejor a Castellani por ejemplo, o me instruí sobre el ambiente católico argentino de los '70 con figuras míticas como Carlos Sacheri o el Bebe Goyeneche. Y, además, las permanentes referencias a libros y autores, lo cual me llevó a acrecentar mis lecturas sobre ámbitos tan distintos como la estética o la novela policial inglesa.

    Cuando muere alguien cercano, los católicos —o al menos yo—, experimentamos una sensación agridulce. En primer lugar, el dolor y la tristeza de la pérdida; la experiencia de la ausencia del que partió, ausencia que sabemos definitiva en este eon; y el saber profundo de que con él se va una parte de nuestras vidas. Pero también aparece la tímida dulzura de saber que alguien tan querido y tan cercano ha culminado la carrera y ha conservado la fe, y que nos espera detrás de la cortina de niebla que nos separa del mundo invisible, y que su presencia hará que nuestra propia partida, cada vez más cercana, no sea tan temida. 

    Para quienes son nuevos lectores de este blog, los invito a leer la larga entrevista que le hizo a Jorge Ferro en 2011 su entrañable amigo, y entrañable amigo nuestro también, Sebastián Randle, publicada en tres partes:

Debemos escapar al boludario

En todos nosotros se agazapa un inquisidor frustrado

Un mundo de solos en lucha contra todos los demás

Y la conversación entre ambos, en cuatro episodios, en Youtube:

Parte uno

Parte dos

Parte tres

Parte cuatro


   ¡Descansa en paz, querido amigo!



jueves, 7 de marzo de 2024

Tucho el Iluminao. 3º La Pasión mística del cardenal

 

Eugene de Leastar, Coccopalmerio... 'che festa!', colección privada

[Había decidido no publicar este artículo. Ya teníamos demasiada pornografía actual para leer pornografía del siglo XVI. Sin embargo, la explosión del caso Rupnik y la revelación de los detalles en conferencia de presa, relatados por las mismas monjas/víctimas, muestran la uniformidad del patrón de abusos propio de los iluminados: desde Miguel de Molinos a Iván Rupnik, con escala en Tucho Fernández. Es muy notable la similitud entre el relato de los alumbrados españoles que reporta Eck con los relatos que aparecen en el libro del cardenal Fernández, especialmente aquél en el que aparece involucrado un/una menor de dieciséis años. El pontificado de Francisco se ha convertido, entre otras cosas, en un porno-pontificado]


por Eck


¡El Amor no es amado, el Amor no es amado!

S. Francisco


Ex ungue Fernandez...

No he querido leer el libro La Pasión Mística del cardenal Fernández. Me he conformado con los extractos publicados por Wanderer, otros medios  y los comentaristas. No he querido ir más allá, ya tuve suficiente con esta lectura y la pequeña cata en otros en los que me dejó un serio regusto de lenguaje pedantesco, meapilas, cutre y manfloro. Por las garras se conoce al León y por las uñas pintadas al Tucho... No creo que haga falta más para conocer el percal de las entretelas afectivas del cardenal... Pero tengo otro motivo para no haberlo hecho y me la da el bueno de Chesterton:

No es metáfora decir que aquellos hombres [los paganos] necesitaban un nuevo cielo y una tierra nueva; porque habían profanado su propia tierra y su propio cielo. ¿Cómo iban a resolver su caso mirando al cielo, cuyas estrellas garabateaban leyendas eróticas?¿Cómo aprenderían nada del amor de los pájaros y las flores, después de las historias que de ellos se contaban?..

Chesterton, Biografía de S. Francisco de Asís

    Ya lo avisaba S. Pablo de este peligro a los efesios (V, 3): “Fornicación y cualquier impureza o avaricia, ni siquiera se nombre entre vosotros, como conviene a los santos”. Y es que mancha el corazón con su impúdica y obscena imagen. Después de leer el Opus magnum tuchianum, ¿Cómo iba a poder leer los escritos de Sta. Teresa y aún más los de S. Juan de la Cruz sin que se me cruzasen imágenes sucias o sospechas de bajezas inconfesables entre tanta belleza? ¿Y qué decir del Cantar de los Cantares y las otras grandes cumbres místicas que usaron simbólicamente el lenguaje humano para significar lo divino? La mala ralea de este libro es que llega hasta contaminar a la magnifica poesía erótica, amorosa y lírica. Muy pocas veces cocieron semejante potaje de misticismo y pornografía ni siquiera los poetas paganos, que tenían el suficiente pudor natural para evitarlo, incluso en sus pasajes más escabrosos.


La reflexión inteligente de un comentador: alumbrando lo oscuro

Ni siquiera iba a escribir sobre el tema pero hubo un comentario que me hizo recapacitar pues creo que atinó en la trastienda de nuestro asunto: la teopornografía de todo un cardenal de la Iglesia. Por su interés lo reproduzco aquí:

Este artículo suyo sobre Tucho hizo que revisara notas y fuentes sobre el gnosticismo cabalista, poseo abundante material. Desde Guenon, Aurobindo, y más atrás, hay descripciones blasfemas del Martinismo y sus continuadores sobre la Santísima Virgen y ritos de sexualización con ella y Cristo. Hay alusiones también en el interesantísimo libro de Lady Quenborough, Occult Theocrasy. El hinduísmo tántrico tiene una conexión indudable con escritos del Dr. Alta y el Abbé Roca en el sXIX que hablan de las prácticas sexuales, el Ternario Andrógino, el principio femenino en la trinidad blasfema. El sexo como herramienta divina. Incluso como no podía se de otra manera, hasta el amigo Teilhard estuvo haciendo de las suyas, escribía en la revista Le Voile D’Isis. Estamos hablando de luciferismo puro.

Estos gnósticos a los que aludo eran más sutiles. Tucho en cambio utiliza una escritura directamente pornográfica, tan descriptiva que por momentos da la sensación de que conoce muy bien esos terrenos por haberlos practicado. Dudo que nuestro Cardenal sea un iniciado, y menos aún de organizaciones tan secretas. Pero algo debe haber, la influencia de estas inteligencias es cada vez mayor. El Vaticano está, a mi juicio, totalmente penetrado por ellas. Kadmi-Cohen habla de “Iluminismo de segunda zona”, alude a la técnica de los “reflejos”, como forma de influir. Pancho dirige, Tucho ejecuta. Pero como dice un viejo lema gnóstico, la Autoridad no se acumula al Poder.

Evelynmundo8 de enero de 2024, 18:26

    A mi también me hizo revisar mis notas y fuentes para acabar en un episodio poco conocido de la historia religiosa de España, el alumbradismo del s. XVI, que comparte y, Dios lo quiera, sólo las bases teóricas y el estilo y no la práctica.

    Ya hemos visto que la doctrina moral del cardenal niega el pecado si la persona no lo comprende y no lo siente por lo que no hay pecado objetivo y el pecador puede estar en gracia de Dios mientras lo comete. 

Nada en las obras de un hombre se debe a él. El que reconoce que Dios hace en él todas las cosas no peca, pues no debe atribuirse a sí mismo sino a Dios lo que hace. Uno puede estar unido con Dios de tal forma que haga lo que haga no puede pecar.

Santonja, Pedro; Las doctrinas de los alumbrados españoles y sus posibles fuentes medievales, pg. 370.

 https://revistas.ucm.es/index.php/DICE/article/view/DICE0000110353A/12606

    En el carácter imaginario del pecado está concorde con los ranters ingleses y es la base del permiso de comulgar de Amoris Laetitia y de las bendiciones de Fiducia. Esto se vio ya en el XVI:

An apuntado algunas personas que esta mandada a decir que como gente justificada y confirmada en el bien no pueden ya pecar y que estan ya tan levantados en su vida que no pueden consentir en los movimientos de las tentaciones, lo qual parece acudir a los errores de los begardos y dejados de nuestro tiempo y en confirmación de esto se usa y pratica entre elllos llegarse a la sancta comunion sin preceder confession sacramental, lo qual engendra mucho escandalo en las personas que lo an visto.

Ibidem, pg. 386

    Sin referentes objetivos, ni la razón, ni las Escrituras ni la Iglesia, se cae en la mayor confusión sobre si está en gracia. Como en la Protesta, su subjetivismo y fideísmo no tiene escape exterior si no es o por una prueba exterior dada por la Providencia como son las riquezas (calvinismo), o por una interior, el sentimiento. Y así lo dicen los alumbrados tras las prácticas de la devotio:

Mandanles en los principios que ayunen y se disciplinen y traigan cilicio y comulgen a menudo de ocho a ocho dias y estando mas exercitadas a tercero dia y cada dia y despues que tienen sentimientos les quitan disciplina, ayunos y cilicio.(...) Enseñanles que se recojan a la mañana y de noche en oracion y contemplacion un ora u dos donde recen cinco paternoster y cinco avemarias cada uno dellos a una de las llagas de Jesucristo y contemplen en cada una dellas lo que padecio y en la que les diera mas gusto que alli paren. Esto enseñan con grandisima fuerza y conato dando a entender que en esto consiste y encierra la perfeccion y lo principal de su doctrina y que es necesaria para salvarse y ansi enseñan a contemplar a todas sus discipulas

Ibidem, pg. 388

    El diablo está en los detalles pues dice gusto en vez de fruto. De hecho, S. Juan de la Cruz advierte muy seriamente en contra de esta tentación espiritual. Así dice el gran doctor místico:

Estos, en comulgando, todo se les va en procurar algún sentimiento y gusto, más que en reverenciar y alabar en sí con humildad a Dios, y de tal manera se apropian a éstos, que, cuando no han sacado algún gusto o sentimiento sensible piensan que no han hecho nada; lo cual es juzgar muy bajamente de Dios...

Noche oscura, capitulo VI, 5 

    Pero estos ardores místicos tienen un mayor peligro cuando se dan dentro de una espiritualidad degenerada, negadora del intelecto y voluntarista, sin auriga que las conduzca a la patria celeste y . Y es que los amores místicos se confunden con los carnales y se amalgaman hasta lo blasfemo como se puede ver este punto:


(…) diciendo que estan tan llenas de Dios que no les cabe mas, les parece que Christo en quien estan contemplando les aparece en figura de hombre y con el vienen a tener grandes tentaciones de carne y realmente les parece que pasan con el tocamientos deshonestos hasta tener polluciones. A esto dan tambien ocasión lo que sus maestros les enseñan que lo contemplen hecho hombre y se ajusten con el poniendo boca con boca y los demas miembros y le digan palabras regaladas y amorosas como carne de mi carne hueso de mis huesos y mirando al crucifixo de bulto aunque sea en la yglesia les parece que ven que el mismo crucifixo las convida a deshonestidades lebantando sus verguenzas por debajo del paño y por esto dejan de lebantar los ojos al crucifixo, vienenles tentaciones de que San Juan tubo trato deshonesto con nuestro S(eñor).

Ibidem, pg. 388


    Ahorro al lector los puntos 10 y 11 de la Relación de proposiciones de los alumbrados de Llerena que se castigaron en el año1575. Son dignas de la escuela del Tucho y figurarían como conceptos ejemplares de su pasión pornomística. Sólo pongo el fragmento más importante para nuestros propósitos:

(…) dandoles a entender y diciendo que aquellos tocamientos no son pecado que los haçen por alegrarlas, consolarlas y ayudarlas para que puedan llebar aquellos sentimientos con lo qual ellas sienten grande alibio y consuelo para aplacar aquellas rabias.

    Con el Tucho vemos esto desde el otro lado. Si se pueden confundir los sentimientos místicos con los carnales, también se pueden confundir los sentimientos carnales con los místicos y caer en la burrada de comparar un orgasmo con un sacramento, con tan poca diferencia con la de comparar un sacramento con un orgasmo. Son la misma espiritualidad, degeneración y confusión de la verdadera, instrumento de personas y fuerzas ocultas y perversas para hundir la Iglesia desde dentro aprovechándose de estas fallas de sus miembros.


Conclusión 

Según los tiempos, las costumbres. Así, lo que fue duramente condenado en siglos anteriores por la inquisición romana, el alumbradismo de Miguel de Molinos, ahora se ve en todo su esplendor en su prefecto Victor Fernández Tucho. En tiempos antiguos estas muestras de espiritualidad degenerada hubiesen sido reprimidas con dureza pero hoy son premiadas y sus secuaces son elevados a los más altos puestos de la Iglesia. ¿Qué cambió para producirse este fenómeno? Porque este misticismo carnal es muy antiguo y muy conocido. Ya han surgido aquí los nombres de alumbrados españoles, ranters ingleses, hermanos del libre espíritu germánicos y no hemos mencionado a los Jlystys rusos, las bacanales romanas, los cultos mistéricos de la antigüedad tardía y varios movimientos más de la historia de la India, Tibet, China o Japón. 

    Hemos aludido al espíritu de los tiempos modernos, producto de las revoluciones de 1533 y 1789, que derrocaron todo el orden tradicional. Por otro lado, su reflejo dentro de la Iglesia tenemos su reflejo con el modernismo y su hermano gemelo, el ultramontanismo aunque antes se encontró los rasgos más negativos de la devotio moderna. El mal en ambos está en el nominalismo medieval. Paramos aquí porque, encadenando males y errores, llegaríamos al Pecado Original y su “sereis como dioses” como principio y fundamento. Sin embargo, si podemos decir que existe una gran tentación de la Iglesia latina, muy centrada en el cristocentrismo, la encarnación y la perspectiva moral de la Fe frente a la Iglesia griega más teocéntrica, en la teosis y la perspectiva cósmica de la Fe, lo que entraña no pocas graves tentaciones, no en balde surgió en su seno el comunismo soviético. Por eso pudo prender el nominalismo con tanta fuerza, porque tocaba las fibras más sensibles del alma latina. Sin el contrapeso de Oriente y con el monaticismo en decadencia, fue erosionando los contrafuertes hasta su derrumbe en nuestros días.

    Así que el fenómeno del Tucho tiene más importancia de lo que parece: un cardenal pornógrafo. Que esté asociado con un Papa tirano y totalitario no es una casualidad sino que comparten causalidad y que estos dos estén apoyados en una élite eclesiástica con la triple corrupción: moral, de gobierno y de la inteligencia nos conduce a la verdadera causa: la falta de contemplación de Dios y de los últimos fines. Las Obras sin la fe nada valen por falta de finalidad y la Fe sin Obras está muerta porque no se encarna, y ambas, Fe y Obras, sin Caridad son inútiles porque no hay contemplación: El Amor no es amado, este es nuestro mal. 

Solo la santidad es la solución y el primer mandamiento da la clave: Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Con todo nuestro ser